visitillas :)

domingo, 8 de enero de 2012

Y ya van cuatro cartas en La Glorieta, contando qué se cuece por Edimburgo.
Esta tengo que comenzarla hablando del trabajo. Ya empecé a trabajar, ya puedo decir que estoy trabajando como voluntaria en Edimburgo, al fin. Después de dos meses haciendo cursos preparatorios y conociendo la ciudad, empiezo a estar muy ocupada. Leonard Cheshire se organiza en casas, hay un montón de casas repartidas por todo el mundo. Aquí en Edimburgo hay muchas, y yo concretamente trabajo en tres casas distintas. Tengo que repartirme todas las semanas. Cada casa es diferente de las otras, cada persona es distinta de las otras. En una de las casas que trabajo se centran en tratar a personas con epilepsia, lo que es duro, nunca había trabajado con nadie con epilepsia, y cuando no sabes cómo reaccionar ni qué hacer, es difícil. En la segunda casa en que trabajo, la gente tiene dificultades físicas, pero no de aprendizaje, así que es fácil organizar actividades. La semana pasada estuve en una fiesta de Navidad con uno de los chicos, estuvimos cantando villancicos, conociendo gente, comiendo dulces típicos escoceses de navidad, y hasta Papá Noel vino, cargado de regalos para todos. Lo pasamos muy bien. Otro día, fui al cine y a tomar un café. Y la última casa en la que trabajo se centra más en la edad, son todos muy mayores y con dificultades físicas y de aprendizaje, por lo que es más difícil intentar ir al cine, o de compras, o simplemente mantener una conversación. Todas y cada una de las casas son distintas unas de otras, lo que significa que tengo que ser creativa y organizar distintos tipos de actividades, aceptar que no todo el mundo puede ni quiere hacer lo mismo. Y de momento lo llevo bien, nunca viene mal sentarse a tomar un café tranquilamente, sin tener que hablar, o irse al cine a reírse un rato, o salir a pasear para sentir el aire en la cara. Una vez leí que hay que encontrar lo que nos gusta, y luego hacerlo, y no puedo estar más de acuerdo.
No he hecho mucho más aparte de trabajar y pasear por la ciudad, que ahora luce más navideña que nunca. El tiempo cada vez es peor, hace más frío, llueve, y pronto empezará a nevar. Ya empiezo a tener una “rutina” aquí en Edimburgo, y eso me motiva mucho. Ya han pasado casi tres meses desde que llegué, ya solo me quedan ocho, y sé que tengo que aprovecharlos al máximo, sacar partido de mi trabajo, aprender mucho inglés y exprimir esta experiencia. Y tal y como hizo mi amiga Albane conmigo, yo quiero animar a todo el mundo a emprender una aventura como esta, porque aunque aún no me haya cambiado mucho, sé que el próximo septiembre seré muy diferente, y habré crecido mucho como persona, hay cosas que no se aprenden en la escuela, o en la universidad, hay cosas que las aprendes de la vida, y la mejor forma de hacerlo es ésta, dejarse llevar. “Nunca saber dónde puedes terminar…o empezar”.
Muchos saludos, Alburquerque, saludos desde Edimburgo.

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