¿Cómo saber qué significa una sonrisa? No es fácil, la
verdad. Para interpretar una sonrisa hay que tener en cuenta muchos factores:
hora, lugar, amplitud de la sonrisa, volumen (sólo si procede), causa,
intención (sólo si procede), etc. Nunca dejas de aprender cosas nuevas, y desde
que llegué aquí he visto más tipos de sonrisas de las que podía imaginar, y
espero ver sonrisas nuevas, muchas más. Para que me entendáis, pondré algunos
sencillos ejemplos.
Quiero hablaros de Tommy. Tendrá unos 40 años, es escocés,
le encantan los perros y siempre lleva gorro, un gorro distinto cada día. Tengo
que confesar que me encantan sus gorros, a cuál más original. Y tiene la
sonrisa más bonita que he visto en mucho tiempo. Sonríe cuando ve un perro en
el parque. Sonríe cuando le digo lo mucho que me gusta su nuevo gorro. También
sonríe cuando me ve. Hace unos días fuimos a un pequeño pueblo cerca de
Edimburgo, entramos en una cafetería llamada “Jean’s Place” (El sitio de Jean,
o como diríamos en el pueblo “En ca’ Jean”) y pedimos para comer. Nunca lo
había visto sonreír tanto como aquel día, incluso se reía a carcajadas. Digamos
que su sonrisa, a eso de las 12 de la mañana, en una pequeña cafetería, era de
amplitud máxima, bastante sonora, causa desconocida y sin intención. Al cabo de
un rato tuve qué preguntarle qué pasaba, quería saber la broma para reírme con
él, y me contestó que simplemente estaba feliz. Esa era la causa, que
simplemente estaba feliz. Y sin intención alguna, me hizo sonreír a mí también.
Creo que se me ha olvidado decir que está en silla de ruedas y tiene
dificultades de aprendizaje, y los ojos más azules con los que me he podido
topar.
Pues os parecerá una tontería, pero sonrisas como esa y 14
más, me alegran los días aquí, y me hacen darme cuenta de lo importante que es
hacer lo que te gusta, lo que te apetece, cosas tan simples como salir a comer
o incluso dar un paseo.
Pero a veces la causa es más compleja. Ya llevo aquí algo
más de 5 meses y he tenido dos visitas. La primera fue de Albane, la chica
francesa que trabajó de voluntaria con el Cala el año pasado. Fue genial ver
una cara amiga y enseñarle por qué es tan mágico este lugar para mí y lo
contenta que estoy, contándole lo mucho que disfruto mi experiencia como voluntaria
en Escocia. Fueron unos días llenos de sonrisas. Y como las sonrisas nunca son
suficiente, pocas semanas después llegó una gran visita desde Alburquerque: mis
amigas. Y otra vez, sonrisas a todas horas. Visitamos la ciudad, fuimos de
excursión por las Highlands, subimos a Arthur’s Seat…Fueron muchos planes para
tan pocos días, nos hizo un tiempo espléndido, lo pasamos muy bien y me encantó
verlas y sonreír a todas horas. Fueron los cinco días más cortos desde que
llegué aquí, se pasaron volando. Y mientras escribo esto no puedo evitar
sonreír otra vez. Gracias a todas por la visita.
Y para no parar de sonreír, tendré más visitas en un par de
semanas.
Hay cosas que no se aprenden en el colegio ni en la
Universidad, hay cosas que se aprenden cuando te lanzas a vivir la vida, y es
ahora cuando estoy comprendiendo el significado de las sonrisas y de los abrazos.
Estoy aprendiendo a valorar la calidad de vida que tenemos, y también que puedo
ayudar a los demás a valerse por sí mismos. Aprendiendo a aceptar que todos
podemos tomar decisiones, y que muchas veces, la única barrera está en nuestra
cabeza. Y todo esto se aprende cuando te dejas llevar y le sonríes a la vida.